--MICRORRELATOS--

 

                                      MICRORRELATOS


1. ¿Y mi amigo?

Era muy de noche y caminaba a casa, de pronto me encontré con mi compañero, algo sorprendido pregunté qué hacía allí. Me respondió que había salido a tomar aire por el estrés. Y de camino a casa oímos ruidos y pisadas extrañas entre los matorrales. Y él me preguntó: ¿Le temes a los fantasmas? Reí un poco y al voltear él ya no estaba a mi lado.    



2. Mi mejor amiga

Desde pequeño siempre me sentí seguro y protegido, pues mis padres y mi mejor amiga se dedicaban a ello. Y aunque, trabajaban todo el día fuera de casa. Ella estaba ahí para suplirlos. Mis días de juego, plática y compañía eran maravillosos. Hasta aquel día en que ella cumplió quince años y desapareció para siempre de mi vida. Pues ya era una mujer y los ángeles de la guarda como yo, abandonamos a quien acompañamos.


3. El rostro 

Esa fría noche llegaba a casa del trabajo algo ebrio, cuando vi a una joven llorando desconsoladamente, con las manos cubriendo su rostro, y me acerqué para ayudarla. Cuándo le pregunte que le sucedía. Gritó que había perdido su rostro. Quedé algo confundido. Y al intentar hablar con ella vi espantado que no tenía rostro. Mi cuerpo se erizó y corrí del susto hacia mi casa, entré rápidamente, suspiré de alivio y me senté en mi sofá frente a la pantalla del gran televisor que reflejó de inmediato mi nuevo rostro: el de una niña de catorce años.    

    


4. Mi amigo

Era mi cuarto campamento de verano en la playa. Empezamos a armar las carpas cuando el sol empezaba a ocultarse. La noche prometía mucha diversión. Cuando de repente notamos que las aguas del mar empezaban a retirarse mar adentro. Y por alguna extraña razón mis amigos en estado de locura empezaron a correr hacia las olas que yo ya ni divisaba. Les dije que no lo hicieran. Traté de detenerlos y no pude. Corrí muy rápido y solo recuerdo que estaba muy cansado. Hasta entender que jamás volveríamos, unos minutos después veía nuestros blandos y blancos cuerpos flotando en el fondo marino.       


5. El doble

Eran como las 10 de la noche y nos alistábamos para dormir, cada quien se fue a su respectiva habitación. Cuando a la media noche un extraño ruido nos despertó. Luego mi hija ingresó a la habitación muy asustada y gritando que alguien o algo se hallaba en su armario. Desesperado me levanté, pedí que no se movieran de la habitación y sigilosamente llegué al cuarto abrí el armario y encontré a mi hija amarrada y mientras la iba desatando, se escuchó la voz de mi esposa gritando desesperadamente.
































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